La clave del éxito

La clave del éxito

¿Alguna vez te has planteado alguna vez cual es el factor determinante en el éxito de tus ventas?

¿Es quizás, hablar bien?

¿Es tu capacidad de reaccionar inteligentemente ante situaciones inesperadas?

¿O, es quizás enfocarte en hacer las preguntas correctas y escuchar bien?

Todas las opciones anteriores, por supuesto que son muy muy importantes. No obstante hay un factor más trascendental aún, que hace que si los comerciales no lo dominan, fracasen.

Déjame que te cuente la historia de un amigo mío… y entenderás de que te hablo.

Mi amigo trabajaba para una empresa de seguros. Lo hacía bastante bien pero podía mejorar bastante más. No tenía experiencia e intentaba aprender de todos sus compañeros.

Me explicaba que un día empezó en la empresa un nuevo comercial que rápidamente ¡se convirtió en el mejor de todos!

Él ni corto ni perezoso, fue a donde él y le preguntó sobre su secreto! Y el nuevo, le dijo sonriendo: “ si quieres saber mi secreto, vente conmigo y te lo enseño”. Y así lo hicieron.

Una mañana de invierno quedaron a las 8 de la mañana, y antes de empezar la jornada, tomaron un café en la oficina.

De repente miró su reloj y le dijo: “empezamos”.

Mi amigo pensaba que iba a mirar entre sus tarjetas de visita, buscar direcciones para hacer llamadas, etc… Pero, no podía estar más equivocado.

Se fue al perchero y se puso su chaqueta y le dijo: “vienes conmigo, o te quedas ahí durmiendo?

Mi amigo, un poco asombrado y dudando, se fue con él.

En media hora se plantaron ante un edificio alto, de muchas plantas…

Antes de preguntarle con quien tenía la reunión, él ya había llamado a la primera puerta.

Empezaba una pequeña conversación y después automáticamente se cerraba la puerta. Este ritual se repitió muchísimas veces….

Después de una hora presenciando las escenas… mi amigo le propuso tomar un café. El comercial nuevo, de modo tajante, le dijo que no.

Y le argumentó: “yo me he propuesto hoy hacer 4 horas de visita a puerta fría y eso lo que voy a hacer”.

Al final del día, el comercial ¡había vendido algunas pólizas! ¡Era muy bueno!

Esto él lo hacía diariamente, de manera firme y rutinaria.

Su secreto en realidad no era un secreto. Él trabajaba de forma disciplinada y terminando todo lo que se proponía.

Y esto es algo que todo el mundo puede hacer.

Ahora bien, yo no digo que a partir de ahora tienes que dedicarte a ir puerta por puerta y molestar a todo aquél con el que te encuentres.

Pero, lo que sí quiero que hagas es que tengas claro que es lo que necesitas hacer para tener éxito y ¡hazlo!

¡Así de sencillo!

Sin disciplina, todos tus capacidades y tu potencial no sirven de nada.

No empezar nunca o de manera diligente, es la razón más importante por la que mucha gente no convierte sus propósitos en realidad.

Se proponen objetivos pero no actúan.

A lo mejor quieres usar el slogan de Nike “just do it”. Hazlo.

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