¿Por qué nos resistimos al cambio?

Por qué nos resistimos al cambio?

Muchas veces decimos que nosotros odiamos los cambios y no es del todo cierto.

No odiamos los cambios, sino que odiamos perder. Si un cambio tras producirse, al instante, conllevara una mejora en nuestra situación sin esfuerzo, dolor o llanto… sería bien acogido, pero si un cambio a priori sólo conlleva una fuerte inversión inicial en tiempo, esfuerzo, tiempo, energía… aunque a medio plazo sea positivo, de entrada no es atractivo, no gusta y por eso se convierte en difícil.

Aparentemente nosotros odiamos perder. Daniel Kahneman ha dicho que: “una pérdida nos afecta dos veces más que un premio”. Es decir por 100 euros seríamos capaces de caminar un kilometro, pero por evitar perder 100 euros, seríamos capaces de caminar dos kilómetros.

Según algunos entendidos en la materia, esta situación tiene una relación directa con nuestra necesidad de sobrevivir. El peligro y la amenaza nos mueve y nos condiciona mucho más rápido porque aumenta nuestra posibilidad de sobrevivir.

Ahora bien, qué significa esto en la vida real? De repente es bastante más fácil entender porque la gente puede cambiar cuando se enfrentan ante una amenaza real e instantánea. Por ejemplo: conozco a un señor que ha dejado de fumar sin ningún problema porque su médico le advirtió que o dejaba de fumar o podría perder su pulmón en pocos meses…

Si llevamos esa situación a las empresas, también comprenderemos porque los cambios son un factor de estrés y muchas veces desmotivador: los cambios son normalmente situaciones que van a producir beneficios a largo plazo, pero que a corto conllevan sufrimiento, inseguridad…

En esta época de crisis que nos ha tocado vivir, es muy común ver a empresas que tienen que pedir a sus trabajadores, que hagan más horas, que van a ganar menos sueldo, etc… para que todos tengan posibilidades de sobrevivir como empresa. Aunque esto suena lógico, entendiendo el concepto de placer y dolor que antes hemos mencionado, se comprende porque a las personas nos cuesta aceptarlo…

Se sincero, también funcionamos así de manera individual y personal.

Es posible tener mejor aspecto si comes mas lechuga y menos tarta y haces más deporte. Hoy en día seguramente vas a perder algunas cosas que te dan placer. Es decir racionalmente, es muy inteligente hacer inversiones, montar una empresa, pero de forma emocional, el coste de abandonar tu seguridad, lo cómodo hace que muchas veces no te atrevas a hacer el cambio.

Alguien alguna vez dijo que cuando aparece un problema tienes que dejar de ver el problema para convertirlo en una oportunidad! Esta teoría tiene algo de razón, si te enfocas en el problema hace que apuestes más por el cambio y el cambio genera siempre oportunidades.

De hecho es dos veces más eficaz tener un problema verdadero que pensar en una oportunidad. Por ejemplo, es bastante más difícil mantenerte motivado si no hay un problema de verdad.

Es más fácil perder peso cuando tienes 25 de sobrepeso que cuando tienes que perder 3. Perder 25 kilos conlleva más riesgos para tu salud que perder 3. Esto explica porque mucha gente después de un esfuerzo temporal y de haber conseguido sus objetivos, vuelven a su conducta anterior.

Una vez solucionado el problema, recuperas tu tranquilidad, pierdes tu motivación y con probabilidad aparecerán viejas conductas que no contribuyen a hacer del cambio algo duradero.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

*

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>